La Violetera
Como cantante tuvo gran éxito en su carrera, sobre todo al volver a poner de moda el cuplé con su forma de cantar, de modo que sus álbumes se publicaron en diversos países europeos y americanos, desde Rusia hasta Brasil, y llegó a cantar en griego. Las enormes ventas de discos influyeron, sin duda, en que Sara Montiel se mantuviese fiel al género de cine musical durante sus últimos quince años de carrera como actriz. El éxito de su primer álbum, El último cuplé, cogió desprevenidos a todos. Sara había firmado con la compañía Columbia la publicación de la banda sonora, acordando como pago un porcentaje de las ventas (royalties). Esto se decidió dando por supuesto que el disco tendría discreta acogida; pero terminó siendo un superventas, de modo que la cantante percibió una fortuna.
Rompiendo con la tradición de voces atipladas impuesta por Raquel Meller y otras intérpretes del género, Sara cantaba con una tesitura más grave, similar a la de contralto. Su voz no era poderosa, pero sí bien entonada, aterciopelada y muy sugerente, de una acusada personalidad que la hacía reconocible instantáneamente. De los temas interpretados en El último cuplé se destacó «Fumando espero», con el que Sara Montiel terminó identificándose ya que, desde la adolescencia, practicaba el tabaquismo, hoy un hábito mal visto, pero que se consideraba por entonces como elegante. Entre sus interpretaciones más recordadas también se cuentan: «El relicario», «La Violetera», «Lágrimas negras», «Bésame mucho», «Perfidia», «Valencia», «Tatuaje», «Ojos verdes», «El polichinela»… Muchas de estas canciones eran clásicos de décadas atrás que ella actualizaba con su inconfundible voz y con una sensualidad inusual en España.
Sara Montiel – Bésame Mucho
Como su última película, Cinco almohadas para una noche (1974), no consiguió el éxito de las anteriores, Sara dejó el cine y se volcó en dar espectáculos en teatros, una opción ya habitual entre artistas extranjeras como Marlene Dietrich, Judy Garland y Eartha Kitt. Doña Sara de la Mancha, Saritísima o Saritízate son ejemplos de los muchos espectáculos teatrales que presentó con éxito. En ocasiones colaboró con otras figuras veteranas como Josephine Baker, Olga Guillot y Celia Gámez.
«Saritísima» se mantuvo activa en el mundo musical hasta sus últimos días. A su repertorio clásico sumó en la década de 1970 temas más audaces, como «Me gustas cuando callas» (adaptación de un poema de Pablo Neruda) y la sensual canción «Touch Me». Sus álbumes Purísimo Sara (1988) y A flor de piel (1991) reunieron composiciones hechas expresamente para ella como «Bolero triste» de Joaquín Sabina, «¡Ay, qué caray!» de José María Cano, la movida canción pop «Atrévete otra vez» de Carlos Berlanga y Nacho Canut, «Fúmame, fúmame» compuesta en equipo por Sabina, Antonio Carmona y Javier Gurruchaga (quien la grabó a dúo con Sara), y el tango «Macho» de Óscar Gómez. Posteriormente la veterana estrella hizo incursiones menos acertadas en la música de ritmos más jóvenes (llegó a hacer rap), si bien en 2009 volvió a triunfar: a los 81 años de edad grabó con el dúo Fangoria la exitosa canción «Absolutamente» y su correspondiente videoclip.