«Soy una mujer normal. Bueno, normal no»
La actriz intentaba describirse en una entrevista en mayo de 2012. «Yo no quiero decir que fuera súper, súper, súper; pero un poco súper sí que era», decía con humor la actriz, que no tenía reparos en ensalzar su personalidad.
«Nací pobre, pero increíblemente bella»
Nunca se resistió a decir lo que pensaba. Y menos respecto a su físico y su atractivo personal. Sara era consciente de las pasiones que levantaba entre los hombres y nunca pensó que tuviera que ser humilde en ese sentido. Una auténtica diva.
«Todos los hombres a los que he amado se parecían a mi padre»
Sara nació en el seno de una familia sencilla y siempre adoró a su padre, Isidoro Abad, un humilde campesino al que siempre admiró.
«Sabré marcharme cuando me dé cuenta de que la gente empieza a cansarse del mito»
Aunque nunca llegó a irse del todo, sus escándalos con la prensa devaluaron su figura como referente del cine de nuestro país.
«¿De qué sirve tener un físico fenómeno si después eres «gilipuertas» y tienes la cabeza hueca?»
Sara opinaba que el alma, lo que uno lleva dentro es lo más importante, y que el cuerpo y los rasgos físicos es algo superfluo.